sábado, 20 de septiembre de 2014

LONDRES ES UNA FIESTA


Londres es una fiesta
Bares atestados, veredas y calles repletas, trago en mano, ropa ligera, miradas inquietas. Sobre todo, la mirada, ver y ser mirado. Así transcurren las tardes y las noches en el Soho, en Strand, en Covent Garden, en Canary  en las zonas más acomodadas de esta ciudad que se aferra, casi desesperada, a los últimos días de verano, a un calor que a ratos se torna sofocante. Se viene la oscuridad, la Londres de las postales y de las novelas de suspenso.  Es entonces el estallido final antes del repliegue, el espíritu festivo que tiene al espacio urbano como artífice necesario de la opulencia y, sobre todo, de la demostración de ella. Cameron respira aliviado por el No de Escocia a sacarse de encima a los menos favorecidos y sostiene la alerta de atentados, pero aquí todo parece discurrir en un estado de gracia. (En la Tate vimos una hermosa exposición sobre William Blake: en esa sala oscura y azul se torna imposible, sin embargo, toda certeza) 





Fotos: Zenda Liendivit / Septiembre 2014