PARAGUAY: La infancia de los otros
Fragmento del libro en construcción,
“APUNTES PARA UNA BIOGRAFÍA”, publicado en Revista Contratiempo el día 1° de mayo de 2008
Y en el libro “EL CENTRO Y LOS VÉRTICES. Textos e imágenes de la vida moderna” (Contratiempo Ediciones, Zenda Liendivit, Octubre 2011)
Envuelto entre las bolsas del supermercado, papá traía a
casa el periódico del Partido Febrerista, y nosotros leíamos, no lo
comentábamos, no se hablaba, pero lo leíamos. “Los gritos de los detenidos
inundan las noches asuncenas, desde el Departamento de Investigaciones”, decía
el periódico que vaya a saber cómo circulaba por Asunción a mediados de los
setenta. Y leíamos de torturas y torturados, de campesinos asesinados, esos con
los que Stroessner se abrazaba para las fotos, y que sí, lo amaban porque era
el líder, aunque ya no prometía tierras y la reforma agraria era cosa de los
apátridas y sanguinarios que atestaban las cárceles. Se pueden escuchar los
gritos, decía el periódico, y nosotros, que ya no éramos niños, pasábamos las
noches en nuestras camas, pensando en los alaridos que retumbaban en las calles
desiertas del centro de Asunción, en las calles desiertas de todo el Paraguay a
la noche, porque siempre, desde que teníamos memoria, había habido estado de
sitio. Y nos acordábamos de las balas que escuchaba mamá 30 años atrás y por un
instante nos sentíamos clandestinos, como esa prensa que se infiltraba en las
casas a hurtadillas, envuelta en bolsas de supermercado, o como la juventud de
papá.