sábado, 29 de septiembre de 2012

BORGES, EL BARRIO Y LA ETERNIDAD

Borges, el barrio y la eternidad:
la primera fundación
El tema del barrio fue fundamental en la idea de un nuevo tipo de ciudad burguesa que vendría a suplantar al fallido esquema de ciudad liberal de Roca y Alvear. El barrio, como espacio relegado en relación al centro –espacio donde se mide el verdadero potencial de una metrópolis-, funciona como partícipe necesario de aquel desarrollo tecnológico, una especie de patio de atrás donde la sociedad queda estratificada de acuerdo al grado del nivel comunicacional y de infraestructuras así como por las características topográficas y las actividades predominantes de cada zona. Ese barrio que detesta Arlt, por considerarlo mediocre y falto de expectativas, donde todos se conocen, habitado por modistillas, comerciantes envidiosos del éxito ajeno y demás, surge en Borges tanto como espacio simbólico y primigenio de una identidad y de una lengua, así como estrategia de conservación de un privilegio que se perdía en el anonimato metropolitano. El barrio, por su misma precariedad, es el escenario donde todavía se puede recrear jerarquías y construir mitos al margen del proceso capitalista ...

LEER LA ENTRADA COMPLETA EN: 
http://www.revistacontratiempo.com.ar/borges_liendivit.htm


viernes, 28 de septiembre de 2012

A PROPÓSITO DE "INFANCIAS CLANDESTINAS"

PARAGUAY: La infancia de los otros


Fragmento del libro en construcción, “APUNTES PARA UNA BIOGRAFÍA”, publicado en Revista Contratiempo el día 1° de mayo de 2008
Y en el libro “EL CENTRO Y LOS VÉRTICES. Textos e imágenes de la vida moderna” (Contratiempo Ediciones, Zenda Liendivit, Octubre 2011)

Envuelto entre las bolsas del supermercado, papá traía a casa el periódico del Partido Febrerista, y nosotros leíamos, no lo comentábamos, no se hablaba, pero lo leíamos. “Los gritos de los detenidos inundan las noches asuncenas, desde el Departamento de Investigaciones”, decía el periódico que vaya a saber cómo circulaba por Asunción a mediados de los setenta. Y leíamos de torturas y torturados, de campesinos asesinados, esos con los que Stroessner se abrazaba para las fotos, y que sí, lo amaban porque era el líder, aunque ya no prometía tierras y la reforma agraria era cosa de los apátridas y sanguinarios que atestaban las cárceles. Se pueden escuchar los gritos, decía el periódico, y nosotros, que ya no éramos niños, pasábamos las noches en nuestras camas, pensando en los alaridos que retumbaban en las calles desiertas del centro de Asunción, en las calles desiertas de todo el Paraguay a la noche, porque siempre, desde que teníamos memoria, había habido estado de sitio. Y nos acordábamos de las balas que escuchaba mamá 30 años atrás y por un instante nos sentíamos clandestinos, como esa prensa que se infiltraba en las casas a hurtadillas, envuelta en bolsas de supermercado, o como la juventud de papá.



jueves, 20 de septiembre de 2012

LOS ESTILOS DE BORGES: ENTRE LA NACIÓN Y EL UNIVERSO


ANTICIPO EDITORIAL
Los estilos de Borges:
e
ntre la nación y el universo

Tanto la literatura como la ciudad constituyen espacios susceptibles de ser colonizados y transformados, como dice Martínez Estrada, en instrumentos de dominio. Pensar la relación de los procesos urbanos con los mecanismos de la ficción no es tarea ociosa. Hubo una Buenos Aires que, con su entrada a la Modernidad, fundó la literatura de Borges; hubo, al mismo tiempo, una poética entretejida a Buenos Aires que tuvo la intención de refundarla, ya fuera como mito nacionalista, influenciado en las vanguardias internacionales de los años ‘20, o como pesadilla posmoderna de los ‘40. Ese movimiento que se alimenta recíprocamente y que lanza a una al terreno de la otra deja su huella en gran parte de la literatura de fines del siglo XIX y principios del XX. Ambas, literatura y ciudad, se transforman en espacios de conocimiento y reflexión tanto de aquellos temas de la época, como la construcción de la nacionalidad, la cultura, la lengua, el acceso, la pertenencia, así como las formas de leer, configurar y transmitir la historia. La obra de Borges refleja también ese tránsito de Buenos Aires como ciudad recién llegada a la modernidad en los primeros años del Siglo XX hacia la metrópolis posmoderna de las décadas de la posguerra y que encuentra su correlato en la Buenos Aires actual.
La literatura no deja de ser una experiencia estética, el poder ingresivo radica en sus formas de construcción que, yendo más allá de las palabras y del autor, se espeja tanto en el contexto de producción como en las transformaciones o efectos que ella misma provoca. Reflejo que suele desvirtuarse en fórmulas vaciadas de estas tensiones y convertidas en bien de uso tan redituable cuanto mayor sea el proceso de desmantelamiento. Cualquier gran obra plantea sus propias líneas de fuga, las tiene previstas ya en su misma génesis. Y secretamente, siempre aguarda por ellas. Sofocar esas posibilidades vitales en manos de sistemas de control, provengan de donde provengan, ya sea a través del silenciamiento de lo otro o de panteones anquilosantes, es desactivar ese poder ingresivo y abismal al que nos enfrenta todo arte. Los dioses han muerto hace rato. Los estilos de Borges: entre la nación y el universo fue escrito con este espíritu.


Fragmento de la Introducción del libro "Los estilos de Borges: entre la nación y el universo" / Zenda Liendivit. Contratiempo Ediciones, 2012 (en imprenta)