Imperial, modernista, roja y posmoderna
I
En el Museo Albertina hay una retrospectiva
de Max Ernst y otra, de Monet a Picasso; en el Leopold, están Klimt y Schiele;
en el Belvedere, una exposición sobre la nocturnidad (desde los pintores y
escritores malditos del XIX hasta fotos, videos y pinturas actuales sobre el
tema de la noche). La vanguardia sin embargo no se limita al museo. Sigue
rabiosamente viva en el alma de la ciudad. Obras de Hoffmann, Olbrich, Wagner, la bellísima Secesión, resplandecen
como en la Viena
de fines del XIX y principios del XX. Adolf Loos es un caso aparte: la
contundencia del despojo se impone ante tanta fastuosidad imperial y anticipa
el funcionalismo por venir. Como la casa de Wittgenstein, el filósofo devenido
arquitecto. O el que impera, por ejemplo, en las viviendas sociales, como el
complejo Kart Marx Hof, de la década del 20, que de alguna forma le recuerdan a
la ciudad el costo de una palpable prosperidad. La otra consecuencia de ser una
de las economías más fuertes de Europa es, sin dudas, la proliferación de esa
arquitectura posmoderna que surge con aires transnacionales en casi cualquier
esquina, indiferente a prácticamente todo salvo a ella misma. Destino de toda
gran ciudad el albergar estos delirios vidriados que publicitan poder desde las
alturas.
Fotos 1 y 2: Estación Karlsplatz de Otto Wagner
Foto 3: Pabellón de la Secesión, de J. Olbrich
Fotos 4 y 5: Edificio de la Caja Postal de Viena, de Otto Wagner
Fotos 6 y 7: Dos ejemplos de Jugendstil
Fotos 8, 9 y 10: Loos Haus y Café Museum (frente e interior), de Adolf Loos
Fotos 11 12 y 13: Complejo de viviendas municipales Karl Marx Hof
Foto 14: Casa Wittgenstein
II
Varias pistas de patinaje sobre hielo,
largas mesas comunitarias de madera, reflectores con luces de colores, música y
puestos de comida convocan a una multitud que se da cita a pesar del frío. La
atmósfera oscila entre la kermesse de barrio y la posada del pueblo. Pero
estamos en pleno centro de Viena, en la plaza ubicada entre los imponentes Burgtheater y Rathaus o Ayuntamiento. Unas cuadras
más adelante, una concentración de inmigrantes, altoparlante en mano, pide por
la igualdad de derechos y documentación para todos. Hay banderas rojas,
aplausos, abucheos y vivas. Los carros de policía mantienen una discreta
distancia.
Fotos de Viena, sábado a la tarde
III
Los chicos están sentados en ronda,
promedian los tres años. La maestra habla y gesticula, señala un cuadro de
William Blake y pide opiniones. Uno, intrépido, se levanta y de corrido y sin
dudar, expone sus ideas en un alemán difícil. La mujer asiente, los demás
escuchan. Varios padres, de pie, cierran el círculo. Estamos en la exposición La
noche que se exhibe en el Palacio Belvedere. Un rato antes habían quedado
fascinados con las imágenes de murciélagos y gárgolas del romanticismo gótico.
Entonces, salieron de la sala, en fila, agitando los brazos y ululando
despacio, como los cuervos que habitan las plazas de Viena.
Palacio Belvedere
Afiches callejeros de la retrospectiva de Max Ernst en el Albertina
y de la Exposición Viena 1900
La Karlsplatz bajo nieve
Vitrina de un negocio de antiguedades
IV
Abandonamos Viena pensando en Klimt, en el
expresionismo desesperado de Schiele, en la noche, los nocturnos y todas las
fuerzas creativamente diabólicas desatadas en la
Viena de fin de siglo. Miramos la ciudad y todo parece
discurrir con una perfección extraña. El bienestar trae, por lo visto, una conciliación
obligatoria. ¿No habrá, entonces, más sobresaltos?
Tres ejemplos de arquitectura posmoderna en Viena
Gustav Klimt (fragmento) y una caricatura sobre el impacto que causó
la Casa Loos en el momento de su inauguración (Leopold Museum y Loos Haus)
FOTOS: VIENA (ZENDA LIENDIVIT, FEBRERO 2013)