viernes, 21 de septiembre de 2007
Seinfeld
Volvió Seinfeld. Buen momento para pensar lo impensable. Seinfeld se pregunta, por ejemplo, por qué la policía después de maltratar y golpear con la cachiporra al detenido se preocupa que el borde de la puerta no le haga daño al subir al patrullero. O por qué, si estamos compuestos en un 80% de agua, nos quedamos paralizados y salimos huyendo cuando nos caen las primeras gotas de lluvia. “¡Estoy empapado hasta los huesos!”, exclamamos, según Jerry Seinfeld, atónitos y molestos. Tampoco entiende la proliferación de los matrimonios, cómo puede haber tanta gente que se jure, a diario, amor eterno. Que desee estar con el otro ¡día tras día! hasta la muerte. “¡Eso solo podría ocurrir dos o tres veces en un siglo!” afirma desconcertado. Casi nada en los límites de casi todo, Seinfeld desenmascara el artefacto explosivo escondido en los pliegues de lo cotidiano. Un gesto de resistencia ante tanta televisión basura. A la madrugada, por Sony.
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