sábado, 7 de septiembre de 2019

CRÓNICAS PORTEÑAS / ORILLAS AL SUR

Orillas al Sur
A propósito de la segunda entrega de la
Serie Perspectivas: Constitución, la ciudad en tránsito



Primer día. Sábado soleado y frío. Bajamos en la Estación Constitución de la línea C. Mucha gente, apurada como cualquier día de la semana. Se nos acercan dos niños a pedir información. Una nena que no tendría más de 13 años y un nene de alrededor de 11. Queremos llegar a Plaza Once, nos dicen, vamos a Ramos Mejía. Se quedan un rato, acompañándonos con las fotos. 

Subimos a la planta baja. El nuevo Centro de Trasbordo Constitución, forjado a hierro, vidrio y cubiertas elípticas, dialoga por contraste y transparencias con la antigua terminal ferroviaria que tiene delante, cruzando la avenida Brasil. Dos tecnologías diferentes. Modernísimo, con niveles integrados y yuxtapuestos, doble altura, puertas automáticas y señalización electrónica que confieren dinámica al espacio y hasta hacen imaginar que se está en cualquier estación o aeropuerto del primer mundo.

Afuera, los manteros, mayoría de ascendencia afroamericana, los descartados de todo el planeta, se esconden bajo las frazadas mientras nos piden con gestos que no fotografiemos los rostros. Pero alegres señalan la mercadería expuesta, conformando un todo indivisible donde el anonimato indispensable para la supervivencia de cuerpos se contrapone con la publicidad que necesitan las mercancías circulantes. 

Damos una vuelta por los alrededores. La imponencia terracota y neoclasisista no da tregua: desde cualquier ángulo recuerda sus glorias pasadas. Del sur venturoso antes de la peste y de la degradación, entre el prestigio de la estética Beaux Art y el férreo pragmatismo inglés que aceleró el territorio: Borges tenía razón, no era en Palermo sino en el sur donde se fundaba Buenos Aires. 

Pedimos permiso para cruzar a los andenes. Mientras nos franquea el paso, la encargada con cara de lanzallama de Arlt, nos dice. “ma sí, pasen y fotografíen a esos negros de mierda”. Señala al gentío que se apresura al próximo tren. Hay odio en sus ojos. La miro, la escudriño, ella ya está en otra cosa. 

Fotos. Al cabo de un rato se  acercan cuatro tipos de seguridad. Gigantes, uniformados, desconfiados pero amables, dos adelante, dos atrás. No pueden sacar fotos aquí, dicen. Protestamos, es un espacio público, somos periodistas, estamos haciendo un informe, etc. No, no, tienen  que pedir permiso en la calle Hornos 11 (o algo así). Y eso hay que guardar, aclara uno, señalando mi Nikon. Aprieto la cámara contra el pecho; me veo en alguna comisaria detenida por resistencia a la autoridad. Es mi herramienta de trabajo, argumento. No, no, la tenés que guardar en la mochila, aclara el mismo tipo. Tono siempre amable pero indudable. Les decimos que desconocíamos el tema del permiso, y la mandamos al frente a la racista que nos dio paso. Ellos no saben nada, hay que pedir permiso, insisten. Nos despedimos, solo un mal entendido con la autoridad.  

Salimos. Otro hombre de seguridad, pero con uniforme diferente y de más edad, más parecido a un abuelo bondadoso que a un guardia, nos dice: Sí, hay que pedir permiso, hace unos días vinieron de Greenpace y sacaron fotos, ellos habían hecho el trámite, comenta. Nos quedamos charlando. Elogios para el Jefe de Gobierno: que rescató el sur, que Barracas, que la Costanera, que el nuevo edificio, que aquí lo aman, etc. De todas maneras, si están haciendo fotos a terminales les conviene más Retiro, sorprende de golpe. Le aclaramos que nuestro eje, en este momento, es el Sur. Ah, bueno, les decía Retiro porque vieron que es otra gente, ¿no? Otro nivel de gente la que viaja, más disciplinada, más educada…


Soleado y frío. Así estuvieron esos dos días que duró la producción fotográfica. Pobre la (auto crucificada) zona Sur, pienso parafraseando a Baudelaire y Bélgica. Y no pude dejar de imaginar que los antiguos orilleros de Borges, como su mismo creador, también se mudaron para aquí. Aunque lamentablemente ya no hay pluma magistral que los glorifique.

Foto: Zenda Liendivit / Constitución (Agosto 2019)

domingo, 1 de septiembre de 2019

PERSPECTIVAS (2) / CONSTITUCIÓN

Perspectivas (2) / La ciudad en tránsito

Un recorrido crítico-fotográfico por Constitución

Nodo de transportes, margen, abismo y pesadilla; principio y confín; zona de paso y hogar de nómadas y desahuciados; frontera del presente y memoria de un esplendor pasado; desganada y voraz: Constitución devela a la metrópolis moderna allí donde esta urge, reclama y condena, mostrando sus vísceras en una profusión interminable e informe de cuerpos y máquinas.
El objetivo de la Serie “Perspectivas” es radiografiar zonas o temas de alta intensidad dentro de la metrópolis, a veces desde la trivialidad o del instante capturado al azar, a veces desde la grandilocuencia de sus construcciones, gestos e interacciones. Acercarse a ellos con la mirada siempre crítica de la cámara que recupera a través de las potencialidades estéticas de la fotografía la posibilidad de la experiencia.

(Se sugiere seguir el orden de las fotos y verlas en pantalla completa)



   

 

 

 

 

 

 

 


 

 

 


 

 

 



 

 

 


 

 

 

 

 



Fotos: Zenda Liendivit / Constitución, Agosto 2019