jueves, 18 de enero de 2018

CRÓNICAS DEL NORTE (4) / EL ESTADO, EL MUSEO, LA EMPRESA, LA MEMORIA

El Estado, el Museo, la empresa y la

Memoria

Lo hemos pensado, escrito e interrogado muchas veces: ¿Cómo debería ser hoy un museo? En las grandes metrópolis existe el compromiso de interacción con la ciudad: uno se intercepta con la otra, la interroga, adopta sus formas, sus circuitos de significación y representación, sus cambios e inclusive sus modos de producción. El museo del siglo XXI ya no aspira a ser aquel lugar medio sombrío donde los tesoros de la alta cultura se resguardaban de lo “común”. Todo lo contrario. La ciudad es la gran productora de arte, en lugar de convertirse ella misma en museo (peligro de toda ciudad eterna), se revitaliza con aquella interacción. Pero en ciudades como Salta, donde la impronta colonial es “marca” de identidad, rédito turístico, y de alguna forma, ratificación de otros modos de colonialismo, el tema del Museo adquiere, o tendría que hacerlo, una función crítica. En última instancia, las obras que resguardan sitios como el Museo de Arqueología de Alta Montaña, el Histórico del Norte o el Antropológico, están mostrando esas formas de vida que pertenecen a la historia, pero que sin embargo, perviven, camufladas en el presente. Formas de resistencia sobre vencedores que cada tanto deben neutralizar el reflote de aquellas fuerzas vitales. No es casual que de norte a sur de la Argentina grupos originarios se levanten en contra de estos nuevos modos de colonialismo. Salta colonial es una belleza, pero esa belleza no está en lo colonial sino en esa secreta rebeldía. A la que no habría que confinar al museo. O en todo caso, el museo podría develar estas tensiones (un ejemplo de esta actitud es el revulsivo MoMA de NY, que organiza exposiciones confrontativas). El problema radica en que toda restauración, preservación, excavación o muestra necesita fondos; y el Estado no suele ser demasiado dadivoso. Por lo que las empresas son, en última instancia, las que decidirán qué se conservará y qué se descartará de la memoria. Ese es el triste devenir de toda la cultura en sistemas donde ella está considerada artículo de lujo o superfluo y no parte de la biografía vital de un pueblo.










Museo Antropológico; Museo Histórico del Norte (exteriores) / Salta
Fotos: Zenda Liendivit (Enero 2018)