lunes, 11 de febrero de 2013

POSTALES DE PRAGA (2) / KAFKA Y LOS NIÑOS DE TEREZIN

Praga, Kafka y los niños de Terezin
I
Principios de siglo XX. Las imágenes en movimiento se suceden un poco previsibles. Los hombres con sombrero, las mujeres con vestidos largos, los tranvías, la prosperidad de grandes almacenes y sobre todo el intenso tráfico. Movimiento, aceleración y multitudes: Praga entró a la Modernidad. El video original, de época, en desteñido blanco y negro y música de fondo, sigue su curso. De golpe, o de a poco según el punto de vista, empieza la distorsión, ahora hombres y máquinas, construcciones y cielos se agitan enloquecidos, fluctúan, se comprimen o prolongan de acuerdo a leyes desconocidas. La Praga familiar a fuerza de reproducciones se nos torna insólita, se extraña hasta el absurdo. Y sí, claro, allí surgen esos inquietantes ojos que ya son sello, producto y señal de identidad. El film dura apenas unos minutos y se exhibe en el Museo Kafka. Que se desarrolla en tres salas, mal comunicadas entre sí, con recorridos previsiblemente laberínticos, escenografías oficinescas, pasillos en penumbras y fotos –Kafka sonríe feliz, en grupo, a lo Hans Castorp en una de sus tantas internaciones, Milena, Felice, padres...-, manuscritos, permisos para viajar a Munich para leer "En la colonia Penitenciaria", partes médicos  y primeras ediciones de esas obras que hicieron que toda ciudad moderna, a partir de entonces, cayera bajo el manto de la sospecha. Y que ese castillo fundacional de la ciudad parezca, a lo lejos, un poco decepcionante y de distancia siempre variable.

II
Mujeres bajo la ducha comunitaria; otra, vista desde la ventana del pabellón, paseando a su bebé en el patio del campo; unos chicos preparándose para dormir en camas apiladas; muchos uniformes,  médicos y guardias, algunos esbozos de tortura, atardeceres en colores pero también en crayón negro. Los dibujos se exponen en la Sinagoga Pinkas del Barrio Judío. Los autores promedian los 11 años, cerca de 1941. Todos podrían estar expuestos en las actuales galerías de arte y seguramente harían entrar en conflicto a más de un artista moderno. Hay también fotos y objetos personales, como las maletas debidamente rotuladas con letras infantiles, ancestros de nuestros portafolios escolares de fines de los 60. Son los niños de Terezin que en este soleado domingo de febrero nos dejaron sin palabras (habrá que preparar el espíritu: aún nos aguardan Dachau y Buchenwald), interrumpiendo por un rato el ritmo turístico y por demás lucrativo de una de las zonas más fastuosas de Praga.
 



 

 
 

Vista del Castillo desde el Puente Carlos IV / Vista general /
Acceso al Museo Kafka / Bar Kafka / Tienda de antiguedades en Malá Strana / Casas restauradas del Golden Lane /
Calle del Barrio Judío / Acceso al Barrio Judío (Fachada de Sala Ceremonial) 
Fotos: Zenda Liendivit (febrero 2013)