Viajar o encerrarme a terminar un libro. Dilema eterno. En este próximo viaje no habrá crónicas ni producciones fotográficas. Voy detrás de libros. Que no he escrito. Pero los que están en construcción, presionan. Como amantes desesperados o hijos malcriados. Padecí ambas situaciones. Preciosas y a la vez un poco angustiantes. ¿La tercera posición? Incluirme en una ficción y vivir allí. ¿Quién no soñó con ser parte de alguna novela inmortal, olvidarse del mundo real y desear que esta no terminara jamás? Supongo que nadie. Mis pretensiones son, por ahora, menores: mi adicción a las series goza de excelente salud (en este momento, no puedo leer nada que no fueran mis propios escritos).
Foto: Crashing