viernes, 1 de mayo de 2020

DIARIO DE LA PESTE / LAS FUERZAS OCULTAS

Las fuerzas ocultas

Trump acusa a la OMS de no haber hecho la tarea: ir a China y comprobar que los chinos estuvieran diciendo la “verdad” en cuanto al nuevo virus. Muy razonable lo de Trump: creer a China a pié juntillas es lo mismo que creerle a él a rajatabla. De paso, desde luego, se saca el fardo de encima en un año electoral y con miles de muertos de haber trivializado la pandemia, como Johnson en el Reino Unido o Bolsonaro en Brasil. La OMS, que no es un organismo filantrópico precisamente, presentó baches desde el inicio. Que siguieron: ahora salieron a luz correos, desde Taiwan, donde se le advertía de un virus nuevo, pulmonar y letal. La OMS lo niega. ¿Quién dirá la verdad, si es que existe tal cosa? También afirma, en un rapto de pesimismo, que el virus no desaparecerá y que habrá que acostumbrarse. Rara forma de expresar una realidad potencial, puesto que hay muchos virus que no desaparecieron, y nos acostumbramos, como por ejemplo el HIV, el ébola, el dengue, el resucitado sarampión. O el de la influenza, que cada año se lleva miles de vidas en todo el mundo casi como un hecho natural y sin cuarentenas. Trump, China, OMS: en fin. Aquí nosotros, acorralados por encierros interminables, por picos que se estiran, por una rara sensación de que hay cosas que no nos están diciendo. Es comprensible: ¿quién se atreve a la disciplina científica? Un virus simple que tiene a mal traer a epidemiólogos, infectólogos y políticos: partió de animales vivos y mutó, ahora parece que fue gestado en laboratorios; contagia solo por proximidad con enfermos, ahora parece que está en el aire y se queda allí un buen rato; vive 3 días en la ropa, no, eran tres horas; barbijos no, hoy tal vez sí; cuarentena no recomendable, hoy indispensable, etc. Rara sensación de que nos están armando algún relato donde los intereses en juego trascienden largamente el loable tema de la salud social. A propósito: ¿China nos está vendiendo “insumos” contra el virus que crearon? Casi un grotesco.