viernes, 9 de noviembre de 2018

ESCRITURA DE UN LIBRO (8) / VÉRTIGO Y RUINA

Vértigo y ruina

Trepada a lo alto de la pirámide de Cobá, en México, me asomé al abismo. Euforia, vértigo y terror. Subir fue dificultoso. Pero allá en la cima, recién allí, una percibe que la cuestión no es el ascenso. No podía mover un músculo del cuerpo. Nada respondía a los mandatos del cerebro: “buscá una solución, movete, girá, ladeá, investigá, retrocedé, quieta, avanzá, esperá…”. El mundo se me venía encima, casi como cataclismo cósmico de sentido inverso, puesto que estaba en la cima. ¿Lo habrán planificado adrede?  ¿Habrá sido una estrategia sacrificial, una emboscada (y no en el sentido de Jünger, aunque tal vez habría que rever esto último), una medida precautoria para los futuros conquistadores? Una pendiente a ratos imposible, una indecisión desinstalada, un quiebre del tiempo y del espacio que mientras promete el cielo empuja perentoriamente hacia aquel suelo remoto y desfondado. Cuerpo traccionado, al borde de la disolución. Un exerimentado viajero me dio las indicaciones para el descenso. Bajé. Y claro, del vértigo y la embriaguez pasé a la inevitable ruina: esto es, aproximadamente, lo que siento cuando me enfrento a la escritura de un libro.