Estamos expuestos a oleajes terribles: o nos arrastran al fondo o
nos lanzan a la costa más cercana. El cuerpo resiste y memoriza para la
próxima vez, sin continuidad posible, a lo sumo, precauciones, alertas, mínimas
estrategias. Para no ser arrastrado, tampoco resguardado. Así es el proceso
de escritura: la única relación con lo anterior es esa resistencia, a no
sucumbir y, a la vez, a no salir indemnes, siem-pre soñando crestas eternas.
(Prólogo)
Oleaje. Disrupciones y otros ensayos / Contratiempo Ediciones, 2017