En primera
plana
Belleza
en la investigación, en la mirada inquisidora sobre esos detalles que adquieren
poder precisamente por su circulación inadvertida. Secretos a voces, negados
por todo el mundo para sostener un sistema superior, enfrentados por fin a un
elemento destituyente que viene a interrogar las bases de esa supremaciá. Tal
vez, hubiera sido interesante profundizar en lo que en el film solo fue
enunciado: que la pedofilia es parte del mecanismo, nivelador ycompensatorio, para sostener
una ideología que lleva más tiempo en la tierra que cualquier otra. Que reina
hegemónica contra viento y marea y que, sobre todo, y a diferencia de las
otras, no apela a la razón sino a la fuerza demoledora de lo inexplicable. Del
misterio y del dogma. En ese contexto, cualquier aberración no deja de ser
apenas terrenal. Y ya sabemos, el hombre nació en pecado. El objetivo entonces
de estos apasionados periodistas fue demostrar que allí no había debilidades
carnales sino simple operación política de supervivencia. Resortes demasiado precarios
para prometen la redención eterna.