lunes, 28 de marzo de 2016

CINE / EL JUICIO DE NUREMBERG: YO ACUSO

"El juicio de Nüremberg": Yo acuso







Actuaciones descollantes; guión incómodo; escenas brutales; algunos lugares comunes (los norteamericanos buenos y los otros; los alemanes malos y algún arrepentimiento trágico). ¿Hasta dónde llegan las responsabilidades? Desde dónde hablamos y desde dónde juzgamos. El defensor de los nazis (un increíble Maximilian Schell) recurre desesperado a una última carta (después de implicar a Churchill, los rusos, los industriales norteamericanos, etc en el genocidio): "a las imágenes de Buchenwall y Dasau podemos contraponer Hiroshima y Nagasaki".

Aquí Camus en "El hombre rebelde"
"El leimotiv de la defensa de Goering en el proceso de Nuremberg, toma de nuevo esta idea: "El vencedor será siempre el juez y el vencido el acusado". Esto puede discutirse, sin duda. Pero entonces se comprende a Rosenberg cuando dice en el proceso de Nuremberg que no había previsto que este mito llevara al asesinato. Cuando el fiscal inglés observa que "de Mein Kampf partía el camino directo que llevaba a las cámaras de gas de Maidanek", toca, por el contrario, el verdadero tema del proceso, el de las responsabilidades históricas del nihilismo occidental, el único, sin embargo, que no fue verdaderamente discutido en Nuremberg, por razones evidentes. No se puede realizar un proceso anunciando la culpabilidad general de una civilización. Se ha juzgado solamente los actos que, por lo menos, gritaban a la faz de la tierra entera..."