Larga es la noche
Los
ideales, el amor, el deseo, la traición. Y una ciudad que, lejos del concepto
de escenario, se erige como fuerza que motoriza la ficción, reordenando
aquellas pasiones y dictaminando la salvación o la condena. Expresionismo que
recuerda, a ratos, a la Berlín de "Berlín Alexanderplatz" o a las
ciudades de Fritz Lang. Incluso, a las orillas rosadas de Borges. Hermoso film
en la TV pública.