El pensamiento crítico
En
esta contingencia política, para el pensador crítico no es tan importante quién
sino cómo. Cómo el país entero quedó servido en bandeja a una ideología
que, en la Argentina y la historia lo atestigua, actúa siempre en contra de las
mayorías. Cómo se llegó a este umbral siniestro. Por eso, el pensamiento
crítico no puede aceptar patrones ni salarios, ni partidos ni siquiera
ideologías: debe ser y permanecer independiente. Cualquier "ismo"
termina convirtiéndose en una mole pesada de cargar, en la supremacía de la
política sobre la vida.