domingo, 1 de marzo de 2015

BIRDMAN / LA CAÍDA

Birdman: la caída

El cine se pone en juego. O por lo menos, lo intenta. Al modo de esas películas de terror de la década del 90, donde había que barajar y dar de nuevo porque ya estaba todo dicho, aquí la Academia muestra sus límites. Se va a la trastienda: la cámara que sigue nerviosa a los personajes rastrea no tanto sus miserias sino esa potencialidad que los convoca, a pesar de todo, como quien retorna a su lugar de origen después de un largo extravío. ¿Qué hacer para que un poder que reguló la vida de millones de personas durante más de 70 años no decline y pierda su lugar en manos de esos hijos bastardos que surgen incontrolables, que imponen sus reglas, y sobre todo, que imponen nuevas percepciones y saberes? Hollywood declina y no hay súper héroe alado que pueda salvarlo: ha creado las armas de su propia destrucción. Pero "Birdman" no se limita al cine, extiende también su ruina al mismo concepto de ficción. Y por qué no, a la literatura: ¿es posible seguir escribiendo ficción sin volverse, ella misma, una parodia? Y en ese caso, ¿cuánta parodia más habrá que soportar antes del tiro de gracia final?