Mes del libro en España. Y se siente: mesas
interminables en la Gran Vía
con ofertas impensadas, en plazas y plazoletas, en los descuentos en las librerías.
Aunque todavía algo retrasadas: la gente prefiere los puestos callejeros. Y después,
las cuevas, esos lugares encantadores de libros usados que aquí abundan y donde
una puede encontrar joyas a precios absurdos. Así está Madrid, entrando en una
primavera azul, cálida al mediodía, atestada de turistas a la búsqueda de olores y sabores. Y desbordada de libros
como una gigante biblioteca urbana. Suena algo así como el paraíso de Borges.