domingo, 25 de mayo de 2014

SUCESOS PARAGUAYOS (2)



Metrópolis
Asunción se extiende, anexa localidades vecinas (en mi infancia, pueblos pintorescos y un poco remotos) conformando un conglomerado jerarquizado por la distancia. Porque en Asunción todo se trata de distancias. Ella es el objeto de deseo y cotiza de acuerdo a cercanías o lejanías. A proximidades, a vecindades prestigiosas donde el barrio o el satélite funciona como medida y pertenencia. En el proceso de construcción de la gran ciudad hay exiliados, éxodos masivos y retornos transitorios. Pero sobre todo, la certeza de que no hay ya herencias garantizadas.


Tacumbú
Asunción está asentada, como Roma, sobre siete colinas. La caminata se vuelve extenuante, subir y bajar, a veces, por pendientes tan empinadas que precipitan el cuerpo y desbaratan el espíritu. Hay también varios cerros; en el de Tacumbú está el penal. Un edificio bajo, blanco y descascarado, situado frente al cementerio y la laguna. Hay superpoblación carcelaria, nos avisan. También de muertos: ambos están abarrotados. Limita con Barrio Obrero, donde entre otros se encuentran los estadios de Cerro Porteño y Nacional. Es la zona “populosa” de Asunción. Los espacios del crimen, el fútbol y la muerte con apenas unas pocas cuadras de diferencia.