viernes, 30 de diciembre de 2022
martes, 20 de diciembre de 2022
domingo, 18 de diciembre de 2022
EL OFICIO DE PENSAR, LA IMPOSIBILIDAD DE LA ALEGRÍA
El oficio de pensar, la imposibilidad de la alegría
Si tuviéramos otra profesión, cualquiera sea, tal vez la responsabilidad
no fuera la misma. Si estuviéramos en la indigencia, ni hablar. El que está
realmente desesperado, no tiene tiempo para estos menesteres. Es, al fin y al
cabo, al único que se le permite una alegría con bases corruptas. Porque este
mundial las tiene, por donde se lo mire. Messi quería ser Maradona, quería ser
el mejor de toda la historia, quería su mundial, quería que por fin Argentina
lo quisiera, quería caer bien a sus “dueños”, quería el negocio, volverse un
producto en si mismo, y la fama. Salvo los dos primeros, consiguió todo lo
demás. Pero centrarnos en su figura, sería sesgado. Aunque los medios lo
entronizaron, es apenas una arandela de esta gigantesca maquinaria que, en
todo, no deja de tener los principios, y las fugas, de cualquier negocio
trasnacional. La plutocracia, quedó demostrado, reinó en Qatar. Y dio un paso
más allá: mostró que un Mundial se puede comprar y que dicha compra no tiene
por qué ser disimulada (por más escándalos que no dejan de destaparse). Si de
todas formas los pueblos jamás se detendrán a pensar en ella. Ni si ganan ni
si pierden. La pasión por el fútbol, fusionada peligrosamente con el amor a la patria (que suele actuar de eficaz
censor), no piensa. Argentina-país quedó entonces fundida a Argentina-selección.
Y como no tuvo la delicadeza de las otras selecciones de retirarse a tiempo, el
título mundial nos alcanza a todos los argentinos con la impronta de lo corrupto
legitimado. Esta utilización de la pasión es la misma que emplean los
populismos cuando quieren imponer algo que no cierra ni con la lógica ni con las
leyes. Así, podríamos afirmar que si todo político corrupto hoy se percibe como
un perseguido (y no como un delincuente que saqueó al Estado), que no necesita,
por ese mismo motivo, dar explicaciones de su accionar, todo pueblo al que se
le “obsequió” una alegría, tiene el pleno derecho de ejercerla sin obligación
de indagar sus orígenes. Ni dar explicaciones de ella. El que la exija,
seguramente pertenecerá a una “mesa deportiva” y amargada que solo quiere
destruir la fiesta.
El problema del Mundial Qatar es su existencia. Su posibilidad. Pero principalmente,
los millones de seres que ahora festejan (y que no están desesperados) dicha
corrupción al ritmo del tanguero y medio lastimero hit “Muchachos”. Qatar
constituye el triunfo de un capitalismo de lo más sanguinario: con
algunos millones de dólares, se puede comprar la emoción de un pueblo entero,
con el ticket a la vista ¿Qué vendrá después?
Redacción Revista Contratiempo
sábado, 17 de diciembre de 2022
PRIMER MUNDO, POBREZA Y FÚTBOL
Primer Mundo, pobreza, fútbol y sospechas
Por mera curiosidad, y con la bulliciosa e interminable concentración de
hinchas frente a mi edificio, me puse a “hojear” digitalmente los diarios
franceses, convencida de que ellos estaban en la misma. O sea, en esta euforia
mundialista. Pero nada. Las portadas apenas si le dedican un recuadro. Si
comparamos nuestros “grandes diarios”, les ganamos por goleada. Pero, ¿qué
clase de triunfo sería ese? No necesitamos respuestas sino preguntas. Si un
país está con el 50% de la población en la pobreza, no hay día que perder. Y si
los gobernantes no mueven un dedo, la sociedad es la que tiene que exigir,
hacerse oír. La mala conciencia de los que defienden esta contienda con el
trillado argumento que al pueblo no se le puede negar felicidad alguna, se
traduce en la furia que les despiertan los que piensan (pensamos) distinto. En
el fondo, es difícil sostener que se desea la justicia social y al mismo
tiempo, alentar un gigantesco negociado que, como tantos otros, es en el fondo
responsable de aquella pobreza. La sede elegida (Qatar no es un país
democrático); la figura de Messi, erigido por las corporaciones
comunicacionales en ídolo de todos los tiempos y redituable producto mundial (Messi
no es ni será el mejor jugador del mundo: recomiendo el video de YouTube “Pelé
es de otro planeta” para certificar esto); las ganancias y costos siderales
para un país en quiebra que prioriza el fútbol a las desesperantes urgencias de
la mitad de su población; el camino evidentemente allanado para que Argentina
llegue a la final (y seguramente la gane), son hechos que molestan como piedras
en el zapato, a las que se ignora para no perderse el baile. No es que los
grandes medios “educan” a la sociedad en el pasatismo y la amnesia; lo hacen,
pero solo si tienen un público ávido por consumirlos. Habría que preguntarse entonces
¿por qué? Y habría que hacerlo con premura. Porque como decía Nietzsche, hoy
más que nunca, “el desierto avanza”. El desierto del pensamiento crítico, ese
que se levanta con un rotundo “no” cuando tratan de sofocarlo.
(Foto: Internet)
sábado, 10 de diciembre de 2022
LAS BATALLAS DEL LENGUAJE / LA SEDUCTORA PESADILLA DEL CAPITALISMO (FRAGMENTO)
Las batallas del lenguaje
"... Los conceptos ya no dicen
nada en sí mismos sino por el lugar que ocupan dentro de aquel armado. Que será
variable no solo porque son variables los emisores sino por la dinámica del
propio sistema. El lenguaje es cooptado interesadamente y puede, con extrema
facilidad, actuar en la práctica en forma opuesta a su enunciado. El poder
apela aquí a la memoria y a la costumbre, al acto reflejo de las convenciones
aceptadas en el pasado. Las palabras ya no solo se independizan de las cosas
sino que rompen con aquellas convenciones a fuerza de mostrar el artilugio y
legitimarlo. En esta contradicción visible se pretende asentar un nuevo orden
lingüístico que no aspira a la comunicación que se atiene a las convenciones
sino a devenires. La fluidez es la consigna: así como la sexualidad no binaria
ya no define un género específico, el concepto "izquierda", por
ejemplo, ya no remite necesariamente a los principios tradicionales de la
ideología sino a su territorialización en determinado contexto, que también
puede fluir y variar de acuerdo a las necesidades de quién la enuncia. La
lengua ya no solo no comunica lo que es, como en la época clásica, sino que
solo puede comunicar intereses, que siempre serán extralingüísticos.
La cooptación de los viejos conceptos
para transformarlos en otra cosa, con el apoyo involuntario de aquella memoria
colectiva, es la estrategia más reciente de la sintaxis capitalista. Se
usufructúa la definición teórica y se termina sirviendo a lo que supuestamente
enfrenta. Se adoptan los discursos y los lenguajes de lo otro para pervertirlos
en la práctica de lo mismo. Izquierda, derecha, socialismo, anarquismo,
fascismo, patriarcado, feminismo, democracia, etc. ya no remiten a
correspondencia alguna con la historia. Esto es posible porque, como dijimos
anteriormente, se habla a un auditorio desfondado. O que ya no posee las armas
para desmantelar estas operaciones. Impuestos la multiplicidad de voces, los
flujos comunicacionales, el empobrecimiento y degradación de la palabra y la
cultura, y la posibilidad del montaje, el terreno está fertilizado. El concepto
histórico sirve entonces de mojón para que ese desfonde sea un poco menos
desolador y sobre todo, incuestionable. Bastan unas pocas consignas rescatadas
del arcón para que se ubiquen detrás de ellas miles de seguidores,
desesperados, apáticos o analfabetos ilustrados que ya no consiguen comprender
el sentido de un texto. La educación para la no-libertad cumplió aquí su
cometido..."
("Las batallas
del lenguaje" en "Capitalismo y Sintaxis", Capítulo 1, en el
libro "La seductora pesadilla del capitalismo" / Contratiempo
Ediciones, 2022)