Imaginación y
fantasía
La fantasía es reaccionaria; la imaginación es
libertaria. La fantasía es fácil, inmediata, placer a la carta, satisfacción
garantizada; la imaginación implica roturas, quiebres, ingresiones y derrumbes,
creatividad y riesgo. La fantasía se camufla de erudición, juego de palabras,
conocimiento detallado del diccionario y de alguna disciplina, preferentemente
la historia o las ciencias sociales; reproduce la lengua del poder y clausura
cualquier posibilidad de fuga: son los animalitos humanizados de Disney; la
imaginación es Gregorio Samsa metamorfoseado en cucaracha o los seres
imaginarios de Borges. Abundan los relatos fantasiosos, de esos que saturan las
librerías y las redes, donde consiguen innumerables ventas y likes. Escasea la
imaginación.