Emboscada en Tandil
(Versión autóctona y jungeriana de Hechizada)
Hay muchos porteños
que vinieron a radicarse aquí en estos últimos tiempos, me dice Estela, la
amabilísima encargada de la oficina de Turismo. Habrá lista de espera?, pienso.
Pero no: me conozco, me enamoro de los lugares y me desenamoro después con
igual rapidez. No querría estar odiando a Tandil de aquí a 6 meses, solo porque
al "modo Stendhal" quedé atrapada en la realidad. El dia precioso, se
anuncia sn embargo tormenta eléctrica a la tarde: que se cumple con admirable
precisión. Piedras, bosques, cerros y colinas. Un absurdo cartel que dice:
"Peligro: propiedad privada" en medio de pinares y vegetación
variada; una declaración amorosa a una tal Pame escrita en la piedra; un nicho
tallado en ella para albergar una pequeña estatua de la Virgen con el niño. Y
Tandil que encanta, embosca, seduce a fuerza de eucaliptos olorosos y cielos
interminables. Que privilegio vivir en un valle!; hace 34° y viento mediante
casi no se siente.
Fotos: Z.L Enero 2019