Un rey extraño
Rumores de "La soga", de Hitchcock; y de la delincuencia urbana de "Berlín Alexanderplatz", de Döblin; posible descendiente de algún lanzallama de Arlt (no Erdosain, claro está) y sin dudas, un Silvio Astier tensado hasta los bordes, este monumental y nietzschano Robledo Puch de Luis Ortega tiene linaje y sacude butacas. Público pasmado frente a las actuaciones descollantes del Chino Darín y del debutante y hermoso Lorenzo Ferro, a un guión económico y sin desperdicios, una fotografía que lejos de acompañar, motoriza la acción, un inicio de antología (el baile de Carlitos en la casa robada a ritmo setentista), que deja en claro alianzas y complicidades con el espectador, y una ambientación de época que casi exculpa al asesino (aunque ni culpas ni razones atestiguan el relato). "El ángel": un cine que creíamos muerto. Excelente