NOTAS SOBRE ARTE
El objeto indestructible
Max Ernst, Dalí, Miró, Magritte, Picabia y por fin la sala de cine y fotografía, negra y oscura como debe ser, con obras de Man Ray, Bresson y un desopilante film de Buñuel. El objeto de Man Ray, que al parecer y contra todos los principios del arte de vanguardia sueña eternidades -una aguja, un ojo, un elemento de medición, un triángulo, un mecanismo indescifrable-, es el remate de la sala surrealista de la segunda planta del Reina Sofía. En la cuarta hay arte contemporáneo. Instalaciones con redes, latas oxidadas que juegan con el equilibrio, la trillada obsesión por el detalle y el fragmento, tres gigantografías de perros, un Kuitca en el corredor, pinturas de la nada, nada en las pinturas, un punto y la nada, un rostro a mitad de camino entre el collage y la foto, a mitad de camino entre los sexos, a mitad de camino entre la nada y la nada, y nuestro paso que se encamina presuroso al ascensor de salida.