Erotismo y creación
Una presencia rubia y bellísima que se desplaza entre una
población morena y marginal no puede sino generar violentas convulsiones. Lila says no es tanto la puesta en escena de esta
diferencia sino, más bien, los efectos que se generan cuando aquélla entra
en suspensión. Tal vez Lila no pueda medir el alcance terrible que tendrán sus
acciones pero sabe que juega en un campo minado. Esos hombres, artefactos
dormidos a la espera de una mecha que los detone, se espejan en ella misma.
Lila dice, con sus relatos, con sus miradas, con sus gestos a veces
procaces, lo que en apariencia niega: ella, que es una discontinuidad
dentro de una homogeneidad dada (barrio de inmigrantes árabes, morenos,
marginales, al borde del delito), busca esa comunión que suspenda aquella
interrupción a través del erotismo, que tanto despierta la pasión amorosa
y creativa de Chimo como la destrucción mortal de sus amigos. Lila says corre los márgenes visibles, y
previsibles, y devela una marginalidad aún más profunda: la de cualquier ser
humano expulsado de toda posibilidad de integración.