El problema de la actualidad
El problema evidente que tiene el análisis de la actualidad es precisamente su cercanía con el presente, la imposibilidad de la distancia, el peligro de perderse en construcciones efímeras por esta falta de espacio. Es entonces temporal y espacial. La mirada crítica difícilmente pueda evadir la vista hacia atrás para comprenderla. Sí, en cambio, para solamente consumirla. La noticia de actualidad es taquillera como pocas precisamente porque la mayoría de la gente no puede hacer este distanciamiento y necesita explicaciones rápidas y efectivas. Y sobre todo, funcionales. Es decir, que resistan el análisis sin naufragar y expliquen el mundo por unos minutos. Así, surge toda una industria de interpretaciones, comentarios, opiniones autorizadas, análisis, producciones editoriales y demás que duran lo que un diario, un click del mouse o un zapping. Develar de nuevo este mecanismo de construcción continua, como lo hizo Arlt con su propia época y con sus propios medios (con los que a la vez él mismo se volvió eternamente actual), es el desafío hasta ahora vacante en el mundo intelectual. Transformar a la actualidad en un mecanismo de lectura y de acceso a la realidad y alejarla de su carácter de producto siempre redituable, y sobre todo de colonizador de miradas y voluntades, pareciera ser tarea de otras épocas. Lamentablemente pasadas.