sábado, 18 de marzo de 2023

POSTALES DE BALCARCE: SALAMONE Y UN PUEBLO OLVIDADO

 Salamone y un pueblo olvidado

Me despierto en la ruta y lo veo: el sol que está “muriendo” y ofrece en su ocaso una descomunal belleza. Una hora después arribo a la desvencijada terminal de Balcarce, un sitio que parece haber sido arrasado y nunca se volvió a levantar.  El objetivo, claro está, es Salamone. No contaré demasiado porque se está preparando el video Puebladas, al que le faltaba este viaje, y tendrá relatoría propia. Diría que es el fin de un recorrido detrás de este arquitecto tan seductor como enigmático (y al que le dediqué fragmentos en algunos libros). 

Balcarce me resultó desértica. Amabilidad de pueblo conjugada con abandono. Barrios ampulosos y otros muy precarios: la constante argentina. Poca gente en las calles, ni en las horas pico ni en los fines de semana. “Todos se meten a sus casas a las 8 de la noche, nos quedó de la pandemia, no volvimos a salir”, me dice la dueña de una “regalería”. Hay solo dos líneas de colectivos, circulares y fantasmales. Casi nadie conoce recorridos, paradas ni horarios. Abundan los autos, encimados unos sobre otros (aunque respetuosamente ofrecen paso al peatón); y los remises, con precios siderales. “Voy caminando a mi trabajo, hoy se me hizo tarde. Tenés que conocer los horarios, porque si perdés uno, el otro recién pasa dentro de una hora”, me dice una chica que espera conmigo el 502 que me llevará a la zona del cementerio. “¿Por qué el intendente tiene que destinar fondos en estos edificios si en los hospitales no hay agua? Juntos por el Cambio tenía que ser”, protesta el remisero, que se declara kirchnerista por si había alguna duda, que me lleva al ex matadero, hoy convertido en Centro Cultural Salamone, que tampoco funciona. “No es así; son partidas diferentes. Hace muy bien en revalorizar esas obras, que son hermosas y que van a atraer al turismo”, discrepa una mujer, al frente de un negocio de ropa. “Acá hay grupos que se formaron en forma espontánea para estudiar su obra”, remata. “Vienen especialistas de todos lados. Pero los herederos no nos dejan intervenir demasiado. Solo limpieza de fachada, no quieren que se vuelva a pintar, quieren conservar el original”, me dice el encargado del cementerio. 

Fangio, sin embargo, domina la escena turística, con enorme museo y estatua incluida en los bordes de la bellísima plaza Libertad. Que parece fuera de escala en relación al pueblo. Bien “estilo Salamone” por su monumentalidad y belleza. Después de una semana, dejo Balcarce con la sensación de pueblo desvitalizado (si lo comparamos con algunos de sus vecinos, como Tandil). Pueblo que necesita identidad propia. “Nos consideran zona de paso, por eso nadie arregla la terminal”, remata otra confidente. Agregaría también que parece un pueblo privatizado, privado del sentido de comunidad, aunque todos se saluden por sus nombres de pila.






















FOTOS: ZENDA LIENDIVIT, MARZO 2023