Escritura y distancia
El cine, como arte,
está liquidado hace tiempo. No muerto, solo liquidado, que no es lo mismo. Tal
vez, todo el arte lo esté y solo se sostenga como estructura negociable. No
solamente como productor de divisas sino como espacio-puente frente a las otras
esferas de la vida. Un sostén del viejo esquema que necesita ratificarse a
fuerza de máscaras y simulacros. No hay arte o cine contemporáneo que resista,
ni siquiera los experimentales: la propia época los está dejando atrás. Se han
tornado reaccionarios por insistencia, incluso, por diferencia. Queda el
refugio de la crítica, pero ¿hasta cuándo esta industria de la repetición
privilegiada? En todo caso, cada vez que escribo un libro, hay alejamiento,
solo perceptible mucho tiempo después de ahora: no hay dudas, soy, como tantos
millones, póstuma.