martes, 25 de febrero de 2014

LITERATURA Y FACTICIDAD

Literatura y facticidad

La cuestión no es sobre qué o por qué se escribe sino contra qué se escribe. Ese contra qué, sin embargo, no es un enemigo externo. No es la rebeldía personal de no inscribir la escritura propia en tradiciones o continuidades. Es la escritura que se rebela contra ella misma. Contra lo que subyace en sus fundaciones y que solo ve la luz como horizonte de sentido ineludible. Contra la literatura como saber represivo, disciplinado y, sobre todo, pedagógico. Se escribe contra ella para abrirle una vía de escape. Como dice Barthes, para que el texto salga de la guerra de las ficciones y los sociolectos se necesita un "trabajo progresivo de extenuación".

miércoles, 12 de febrero de 2014

EL GUGGENHEIM: ESTÉTICA Y MOVIMIENTO



Estética y movimiento

Dicen que el Museo Guggenheim fue criticado por artistas que veían en él una dura competencia. Para capturar la atención del visitante debían enfrentar, nada menos, al organicismo vitalista del genial F. L. Wright. No existe tal competencia. Obras y espacio comulgan en armonía y ambos actúan como complementos de una totalidad que, como la forma helicoidal generadora del proyecto, está destinada al infinito. Esa vertiginosa incertidumbre que provoca toda forma abierta, opuesta a la estaticidad de las figuras cerradas, ubica sin embargo al hombre, al visitante, en el centro de una escena móvil, en la indecisión de una fuga eterna. La obra construida y la obra expuesta se interceptan en esa mirada empujada a seguir y a la vez, a permanecer. Wright comprendió que el tiempo y el movimiento eran cuestiones estéticas. Y anticipó, quizás como ningún otro arquitecto, las épocas por venir.
(Foto: Zenda Liendivit)

domingo, 9 de febrero de 2014

ARCHIVOS DE WALTER BENJAMIN

ARCHIVOS DE WALTER BENJAMIN

"Archivos de Walter Benjamin. Fotografías, textos y dibujos" es un hermoso libro que funciona como el ojo de la cerradura. Allí espiamos un mundo privado que desespera precisamente por nuestra mirada, por la permanencia, por la no aniquilación en manos del tiempo y de la época. El libro recopila 13 archivos del escritor, los que a la vez funcionan como núcleos conceptuales: Árbol del esmero; Escritura dispersa; De lo pequeño a lo minúsculo; Fisonomía del mundo de las cosas; Opinions et penséés; Delicados alojamientos; Cuadros de viaje; Arco tensado; Constelaciones; Recolección del trapero; Pasado espacializado; Almendras mollares; Sibilas. Del último archivo, dicen los autores, poco se sabe. Benjamin lo llevaba consigo cuando en 1940 cruzó los Pirineos. Al parecer, se trataba de las tesis Sobre el concepto de historia.


"Para alguien cuyos escritos se encuentran tan desperdigados como los míos, y a quien las circunstancias de su época ya no le permiten abrigar la ilusión de poder verlos un día compilados, constituye una verdadera reafirmación saber que aquí o allá habrá un lector que de alguna manera ha sabido familiarizarse con mis desperdigados trabajos". (Los archivos de Benjamin / Reunión y dispersión)







martes, 4 de febrero de 2014

FRONTERAS




Fronteras


I
Un pensamiento que se piensa en las fronteras reniega de entrada no tanto del centro sino de cualquier definición. Se torna indeciso. Esquiva a la lengua en lo que esta tiene de fáctica. Es el habitante de zonas fronterizas que se instala en la confluencia como forma de resistencia. En algún momento se vuelve conflictivo. El pensamiento en las fronteras comparte con estas poblaciones la precariedad y el azar. No goza de derechos instituidos, para actuar sobre ellos se exige siempre el aquietamiento y la definición. Las credenciales de origen o el vacío.


II
El concepto de frontera está ligado, muy secretamente, al de traición. La indecisión levanta un manto de sospecha sobre un espacio que hace tambalear dos conceptos. O dos territorios (la moderna Buenos Aires de Borges donde se extranjeriza la República o la cuestión de la tradición argentina como re lectura del afuera). La escritura literaria se ubica en un horizonte donde la palabra siempre está en fuga, en ese nunca decir lo que está diciendo, y de alguna forma, traiciona al lenguaje común. Migra, jamás se aquieta. El buen escritor, en el fondo, siempre es un traidor y un extranjero.


III
Fue Manu Chao, con aquello de "Welcome to Tijuana", el que la lanzó a la masividad mediática. El mismo nombre, Tijuana, retumba intensidades, quiebre de límites, suena oscura como Ciudad del Este o incluso Algeciras. Y claro está, siempre clandestina.


IV
El barroco es el arte de las fronteras. O del entretanto. Revela el instante fugitivo en el que las cosas están empezando a dejar de ser para volverse otras y en ese gesto relampaguea la eternidad. Es el parpadeo, la indecisión de la luz (o de la sombra) en el claroscuro, lo que se pliega y despliega, es David a punto de vencer a Goliat. Es la tensión de la diferencia que genera, a cada paso, espacios y tiempos. O la zona umbral y móvil que no se atraviesa jamás. Permanencia en el tránsito, el cuerpo como frontera (el caso de los inmigrantes). O la lengua, cuando balbucea y entra en suspensión (como en Beckett y Kafka).


V

La inmigración es la guerra por otros medios. Todo migrante va a la conquista de un territorio y en ese gesto hay una secreta correspondencia. La prosperidad frente al espejo negado. Ni murallas, ni vallas electrificadas, ni mares furibundos: las fronteras están para ser franqueadas, para saldar una deuda de la que, como en Kafka, se desconocen sus orígenes. Pero en el instante del cruce no solo la lengua moviente entra en suspensión sino que la local saca a relucir su facticidad legisladora. O su instinto de supervivencia. Suenan las alarmas, se prepara el primer frente de combate: hay una presencia allí nomás que la pone en riesgo, que la obliga a cerrar filas, a pertrecharse en sus orígenes, a desempolvar alcurnias. Si el enemigo es numeroso, la batalla se sabe perdida de antemano. Pero no inútil: la lengua donará el armamento con el que se lo derrotará en otros frentes: el ilegal, el clandestino, el indocumentado…. Cuando es singular, puede llegar a desmantelar estructuras, atentar contra el espíritu feudal que rige a todo canon, generar una grieta por la que caerán sin condena pero también sin gloria eterna sus antiguos propietarios.