lunes, 18 de abril de 2022

CHASCOMÚS (3) / OBEDIENCIA Y REBELIÓN

Obediencia y rebelión


“No pudimos salir en casi un año. Pusieron montículos de tierra, como barricadas, y te pedían documentos. Si no vivías aquí, no podías entrar. Y nosotros, que somos artesanos y comerciantes independientes, nos quedamos con un montón de pedidos para otros pueblos, justo en pascuas. Al principio los pudimos distribuir, después ya no. No te otorgaban el permiso. Fue un infierno, perdimos muchísimo. Pero nos levantamos y aquí estamos”.

Lo escucho, recuerdo, me sublevo. El hombre fabrica productos panificados, que son una delicia. Le comento que en CABA la obediencia fue muy frágil. Que yo también soy profesional independiente y que jamás pensé en obedecer, más allá de que una de mis actividades estaba exculpada (aunque nunca solicité permiso de nada, ni de circulación). El hombre asiente. “Allá era otra cosa, aquí patrullaban las calles”, me comenta resignado. Maldigo al gobernador. Me sale en voz alta. El hombre sonríe y vuelve a asentir. 

“No sé por qué fuimos tan obedientes, tan dóciles”, me dice otro, también productor y artesano independiente. “Todavía no me explico por qué no salimos. ¿Por qué obedecimos? Ellos hacían fiestas y nosotros nos moríamos de hambre y de angustia. Porque si uno se pone a pensar, era una enfermedad respiratoria, nada de eso serviría de todas formas. Pienso que cuando vieron que el primer mes todos tuvimos miedo, tomaron coraje”, agrega. Me habla también de las fiestas de Boris Johnson. “Pero ya estamos bien, ya nos recuperamos, resistimos y aquí estamos. Aunque hubo algunos que no pudieron”, me dice. 

Me siguen contando historias; recordé otros relatos, de otros pueblos, el año pasado. La misma furia, el mismo desconcierto, el mismo dolor. Me quedo con lo que me dijo otro habitante de este pueblo precioso: “Europa se estaba poniendo cada vez más violenta, no toleraban más las restricciones. No sé, me parece que las levantaron porque vieron que las cosas se les estaban yendo de las manos. Si no, hubieran seguido las variantes”, agrega y se ríe. Le respondo que no podía estar más de acuerdo. 

A la vuelta pensaba en el video que estamos preparando. Lo llamamos “Puebladas” por un título que utilicé en 2015, cuando recién iniciaba los recorridos por los pueblos de la PBA. Hoy, después de dos años de algo que nunca más debemos permitir que se repita (y no me refiero a la pandemia precisamente), ya adquirió otra connotación. 








Chascomús / Abril 2022
Fotos: Z.L.

sábado, 16 de abril de 2022

viernes, 15 de abril de 2022

CHASCOMÚS / SALAMONE Y UN PUEBLO ECLÉCTICO

 Salamone y un pueblo ecléctico

A medida que el micro se acerca a Chascomús, van apareciendo los countries y clubes de campo. “Aras de esto”, “golf de aquello”: una feroz competencia lingüística para ver cuál suena más pomposo. Los interminables pinares actúan de muralla visual semipermeable, a lo lejos se entretejen las casas. El campo privatizado, pienso cuando veo esas entradas con garita y los inmensos carteles que ofrecen una vida paradisíaca. Como contrapartida, el pueblo es muy cordial. Todos saludan, hasta los niños en bicicleta: un shock, por suerte reacciono a tiempo (la primera vez, me di vuelta para ver si había alguien detrás de mí).  También, cuando ven la cámara (soy la única con una profesional) se acercan y me cuentan qué edificios tengo que visitar. O se quejan de las horribles construcciones modernas que van destruyendo el pasado. O me narran anécdotas. Solo por unos minutos, como cortesía. En todos los aspectos, parece un retorno al pasado. Busco el edificio de la Municipalidad y Legislatura de Salamone, que aquí se volvió neocolonial, y me encuentro con cuadras de modernismos varios, el decó, algo de nouveau, el neoclásico, el neoclasicismo; predominan sin embargo el academicismo de los constructores italianos y un colonial con esfuerzo y a prueba de malones. Un muestrario de estilos, mejor conservado de lo que opinan los vecinos. Por lo menos para alguien que viene de una ciudad como Buenos Aires.