Aborto: Los fundamentos y las cosas
Habría que mirar el
fallo de la Corte Suprema de los EEUU desde otro punto de vista. Salir de la
trampa del lenguaje. En este caso, reaccionarios vs. progresistas. Porque ni
devolver el derecho a una vida potencial es una cuestión reaccionaria ni luchar
por la libre decisión del cuerpo cuando en realidad ese cuerpo ya no está solo
es progresista. La ideología, así como la entendemos y padecemos hoy, ya no
constituye un conjunto de ideas que definirán una forma de vida sino un
instrumento de coerción, control y censura. Y el lenguaje está presto, siempre
lo está, a oficiar de guardián de la causa y a la vez, él mismo, es cooptado
por ella. Hay que salir definitivamente de las trampas del lenguaje y abandonar esos conceptos que hoy día ya no nos dicen demasiado. El embrión y después el feto no son granos a extirpar sino voluntad de
vida. Ya no es propiedad privada de la gestante sino otra cosa. Y aquí es donde
resulta más interesante el fallo: EEUU, el centro mundial del capitalismo, opta
por no considerar a esa “otra cosa” precisamente como cosa sino como potencia
vital. Ese tal vez es el mundo que viene: no de progres contra
reaccionarios, izquierda contra derecha, sino de mercaderes contra fundamentalistas.
Habrá que estar muy atentos a las variantes de cada uno de ellos. Porque ya
sabemos que ambos, en sus extremos, nos conducen directamente a la catástrofe.