domingo, 13 de septiembre de 2020

METRÓPOLIS: DESTINO Y CARÁCTER

Metrópolis. Destino y Carácter



Es interesante la reutilización del espacio público en esta post cuarentena. Proliferaron de golpe las mesas en las veredas, incluso en bares, restaurantes o despachos de comidas que no las contemplaban antes de la pandemia. Veredas bulliciosas que reproducen en cada barrio cierta sensación de turismo indolente que ralentiza el tiempo metropolitano, como si aquellas zonas taquilleras destinadas tradicionalmente a la gastronomía y al ocio planificado, y que se observan en las grandes capitales del mundo, se hubieran extendido a toda la ciudad (pensaba en San Telmo y Palermo Viejo aquí, pero también en los cafés de París, en Lapa en Río, en el Soho de Londres, en el barrio de las Letras en Madrid, en las “desenfrenadas” calles de Ámsterdam, en las colinas de Lisboa, en las plazas romanas, en casi cualquier barrio de Manhattan). Lo que décadas de capitalismo privatizador del nivel 0 urbano han construido a favor de lugares resguardados de “lo otro”, fue borrado de golpe por estos nuevos modos de sociabilidad callejera. De algo de esto veníamos hablando en relación al “empobrecimiento” de una metrópolis: se necesita mucho más que un recorte de fondos para aplacar la exuberancia que la define. Toda metrópolis encuentra siempre sus vías de escape para seguir siendo. ¿Podrá con el virus, que pareciera que en ciertas capitales se ensañó más que en otras? Caso de la fascinante NY, que ahora debate sobre su futuro como gran ciudad, entre el abandono y la reconstrucción. Yo me quedo sin embargo con las palabras del inmortal Jerry Seinfeld, pronunciadas en estos días: “Todos odian hacer las cosas así (de manera virtual). Lo de-tes-tan. ¿Sabes por qué? Porque no tiene vitalidad... La vitalidad, la actitud y la personalidad no pueden transmitirse de manera “remota” ni con los mejores cables de fibra óptica ... La energía humana real, viva e inspiradora existe cuando coagulamos juntos en lugares locos como la ciudad de Nueva York … Sentir lástima por uno mismo porque no puedes ir al teatro por un tiempo no es el elemento esencial del carácter que hizo de Nueva York el diamante brillante de la actividad que algún día volverá a ser”.

Fotos: Z.L (Puerto Madero / Times Square)