domingo, 14 de enero de 2018

CRÓNICAS DEL NORTE (2) / LA NIÑA DEL RAYO, EL NIÑO Y LA DONCELLA

La niña del rayo, el niño y la doncella

Tres niños descubiertos, en perfecto estado de conservación tras 500 años de entierro en la cima del volcán Llullaillaco, a 6700 metros de altura, durante una expedición arqueológica en 1999. Están "exhibidos" en el Museo de Arqueología de Alta Montaña de Salta. Niños-ofrendas para aplacar a las montañas sagradas, pedir favores o preservar dinastías. La vi a ella, a la niña del rayo. Mientras contemplaba ese rostro precioso, ese cuerpo aterido seguramente por el frío, ese ajuar lujoso, no me decidía si la atrocidad que me revolvía ligeramente el estómago radicaba en las costumbres incaicas o en esa tecnología interdisciplinaria que a través de la criopreservación traía cuerpos del pasado, como si hubieran muerto ayer, y de los que se podía saber qué enfermedades padecían (la doncella tenía bronquiolitis; los dos más pequeños, gozaban de excelente salud). Dos tecnologías en pugna. La ofrenda sagrada que por geografía se garantiza la eternidad y la investigación científica que la ultraja. En el salon de los videos explicativos me bajó la presión; o me subió. En todo caso, mi cuerpo también se puso en juego. Así es el norte andino; así también es occidente y sus progresos.