El 19 y 20 de diciembre fueron asesinadas 39
personas en todo el país, en manos de las fuerzas policiales, a raíz del
estallido social que derivó en la caída de De la Rúa. Durante los años
siguientes algunos responsables fueron enjuiciados y condenados. El 25 de junio
de 2002 fueron asesinados los piqueteros Maximiliano Kostecki y Darío
Santillán, militantes de Movimientos de Trabajadores Desocupados, por efectivos
de la policía Bonaerense, durante una jornada de protesta en la Estación
Avellaneda (que hoy lleva sus nombres). Este hecho obligó al entonces
presidente Eduardo Duhalde, que había asumido interinamente después de la
hecatombe de 2001, a adelantar las elecciones para abril de 2003. El 7 de marzo
de 2006 fue destituido, tras juicio político, el entonces Jefe de Gobierno de
la Ciudad Aníbal Ibarra por la masacre de Cromañón, ocurrida el 30 de diciembre
de 2004, en la que murieron cerca de 200 personas (y siguieron muriendo después
familiares y amigos de los mismos). El 20 de octubre de 2010 fue asesinado
Mariano Ferreyra, militante estudiantil y del Partido Obrero, por una patota de
la Unión Ferroviaria, durante una jornada de protesta de los trabajadores
tercerizados de la línea Roca. También en la Estación Avellaneda y con fuertes
sospechas de que los asesinos gozaron de la complicidad de las fuerzas
policiales de ambos distritos. El 22 de junio de 2012 fue destituido el
entonces Presidente del Paraguay Fernando Lugo por la masacre de Curuguaty,
cuando once campesinos fueron emboscados y asesinados a tiros por la policía y
otras fuerzas, por ocupar tierras privadas. El 18 de enero de 2015 fue asesinado
el fiscal Alberto Nisman en su departamento de Puerto Madero. La figura de
“asesinato” fue probada por la Justicia y el móvil, sus denuncias sobre la causa
AMIA. Lo que aún no se encuentra es a los culpables. En agosto de 2017
desaparecía Santiago Maldonado durante una jornada de represión por parte de la
Gendarmería Nacional sobre el territorio sagrado mapuche en Chubut. Su cuerpo
fue encontrado dos meses después en el río del mismo nombre. La causa sigue
abierta; convocó manifestaciones multitudinarias. El sábado 4 de julio de este
año fue hallado asesinado en Calafate Fabián Gutierrez, ex secretario de CFK, imputado-arrepentido en la causa “cuadernos” donde se acusaba por asociación
ilícita a la ex presidenta. Los supuestos autores ya están detenidos, la fiscal de la causa es sobrina de Cristina y al Juez interviniente le parece que a los sospechosos, hijos del poder de Calafate, "el tema se les fue de las manos"; el
Presidente Fernández y el resto del gobierno afirman que politizar el crimen es una
“canallada”, “miserable”, “oportunista”, etc. La oposición retruca recordando los
muertos que les tiraron encima.
Arrancamos en el siglo XXI, la lista es interminable y harto incompleta. Culpables que pagan su pena casi inmediatamente; sospechas de que no todos los responsables fueron enjuiciados; otros que tardan años en sentarse en el banquillo y otros que no lo hacen ni lo harán jamás. Causas abiertas, causas cerradas, causas dudosas, otras interminables. Crímenes simulados, accidentes dudosos, puestas en escena, venganzas y muertos que se tiran para desestabilizar poderes: la historia de América Latina se puede leer también a través de esos cuerpos sacrificados. Seguramente, sería mucho más interesante que la historia oficial.
Arrancamos en el siglo XXI, la lista es interminable y harto incompleta. Culpables que pagan su pena casi inmediatamente; sospechas de que no todos los responsables fueron enjuiciados; otros que tardan años en sentarse en el banquillo y otros que no lo hacen ni lo harán jamás. Causas abiertas, causas cerradas, causas dudosas, otras interminables. Crímenes simulados, accidentes dudosos, puestas en escena, venganzas y muertos que se tiran para desestabilizar poderes: la historia de América Latina se puede leer también a través de esos cuerpos sacrificados. Seguramente, sería mucho más interesante que la historia oficial.