Matar no es lo
mismo que aniquilar. En el cuerpo devastado suele quedar radiografiado el
propio victimario. Cosa que por supuesto no ocurre con el asesino a sueldo que
hace un trabajo. El ensañamiento sobre el cuerpo marca hasta qué punto uno no puede despegar su propia imagen del otro. Algo en la historia del
sometido se espeja en la de su verdugo y tejen un destino indisoluble. Y, extensivo, algo de la
historia colectiva de una sociedad se
espeja de golpe en aquello que la fundó. El destino incierto de Marita
Verón no representa lo mismo que el de las turistas francesas masacradas en
Salta, la joven hindú torturada en un colectivo unos meses atrás o el de las
miles de mujeres que mueren en manos de hombres cercanos. La trata es apenas
una variante de la circulación de los cuerpos en el capitalismo que adquiere,
según la época, el lugar y el grado de desarrollo, expresiones más o menos
feroces (desde los mineros de Potosí, los niños de Tailandia y las diversas
formas de trabajo esclavo de la actualidad).
El interrogante
de la época podría ser si el cuerpo de la mujer no se estará convirtiendo en el
límite violento del cuerpo del hombre. Algo así como una condición de
supervivencia de un determinado orden materializado en una determinada forma de
uso y administración de los géneros ...
NOTA COMPLETA EN:
http://www.revistacontratiempo.com.ar/enero2013.htm
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DIBUJO: SILK DOLL / GEORGE GROSZ (1937)