jueves, 17 de febrero de 2011

PARIS (2) / LA DÉFENSE


¿Hacia dónde va París?
Que las pesadas herencias del pasado condicionan a estas prósperas ciudades modernas es evidente con sólo caminar por París. El trazado neoclásico funciona como una estructura cerrada que dificulta la nueva época. París debe afrontar un presente convulsionado por grandes diferencias. Los pobres de Haussmann ahora vienen de afuera y acechan en guetos de la periferia. En territorios muchas veces tomados por asalto ante el fracaso de planes revolucionarios y poco viables, como Italia 13, donde se encuentra la Biblioteca Nacional de Francia. La poderosa centralidad fuga otra vez hacia proyectos faraónicos y descabellados. La Défense es un claro ejemplo de este urbanismo simbólico y panfletario. Es la desolación del hombre moderno, el espacio donde se consuma el sacrificio en aras de la ratificación a escala mundial de una economía gloriosa, como su propio pasado. Los aires imperiales permanecen intactos; las intenciones expulsivas, también. La escala monumental y fastuosa de los palacios clasicistas se actualiza en los monstruosos rascacielos vidriados que intentan mirar a China o a Japón antes que a sus pobladores.  Y, como ayer también, el eje es el gran elemento organizador que intenta conciliar esa historia que pesa, y legitima a la vez, con el rol de gran capital del Siglo XXI. Pero ahora, la mirada no desea tanto el remate heroico sino la altura cifrada en la glorificación tecnológica. París, más que una ciudad es una idea: se la piensa y se la experimenta siempre en tiempo pasado, como si a cada paso, en realidad, ya hubiera sido. Ásí sea el decadente clasicismo, la inutilidad del Movimiento Moderno o el posmodernismo de las torres infinitas.








(LAS TRES PRIMERAS FOTOS CORRESPONDEN A LA DÉFENSE
LAS DOS ÚLTIMAS AL CONJUNTO DE EDIFICIOS DE LA BIBLIOTECA NACIONAL)
FOTOS: ZENDA LIENDIVIT (FEBRERO 2011)