viernes, 4 de diciembre de 2020

ACTUALIDAD / POBREZA Y CORRUPCIÓN EN LA ARGENTINA

 20 millones de pobres y una pandilla de asesinos



Expropiar los bienes obtenidos por la corrupción y que no encuentren justificativo alguno. Si se trabajó en la política toda la vida, no se puede tener millones de dólares en el banco, 100 propiedades, mansiones en Nordelta o en Puerto Madero, una flota de autos de alta gama. No se puede: no dan los números. Y hay casi 20.000.000 de personas, pobres e indigentes, que quieren saber dónde se fueron esos fondos que a ellos no les llegaron. ¿Y los jubilados? ¿Tienen que "agradecer" a la vice que les consiguió 4, no 2, 4 actualizaciones al año? ¿No se les ocurrió que podrían actualizar mensualmente según el costo de vida? Claro que no. ¿Y el IFE? Que cortaron de golpe y dejaron en la banquina a millones de no adictos al empleo público (algunos parásitos que no hicieron nada en estos 8 meses y que cobraron el sueldo como si la pandemia ocurría en Marte) y que recién están intentando salir de la cuarentena, el encierro más genocida de la historia reciente. Pero había que obedecer al patrón del norte, destino eterno de la Argentina, que vociferaba: “¡¡Ajusten, ajusten!! ¡¡Que la fiesta y los platos los paguen los pobres como siempre!!” Si después los arreglan con algún plan o bono. El Estado no es trampolín para el saqueo; la corrupción es un tema político. Y hay que presentarse a la Justicia a dar explicaciones ¿Lo entenderán los políticos de una vez por todas? ¿O seguirá subiendo el número de pobres? ¿Y si algún día esos millones de desesperados se cansan de tanta corrupción, de tanta injusticia social, de tanto cinismo, de tantos gobernantes mequetrefes que dicen una cosa y después hacen otra? ¿Qué pasaría ese día? La corrupción es una forma de asesinato masivo, sutil, pero asesinato al fin. Cárcel entonces a todos los corruptos. Y por una Argentina sin asesinos.