domingo, 11 de octubre de 2020

NUEVAS DEMOCRACIAS, EL "SISTEMA" EN CRISIS Y LAS MULTITUDES HARTAS

Nuevas democracias, el “sistema” en crisis y las multitudes hartas 

Cuando se intentó hacer circular, sin éxito en la práctica, el concepto de “nueva normalidad” lo que se estaba tratando de tapar es que lo que realmente está surgiendo, mucho antes de la pandemia, es una nueva democracia. La democracia de los pueblos hartos, la podríamos reducir en términos del habla común. Antes del coronavirus, las rebeliones se alzaban en varios puntos del planeta y dejaban al descubierto una realidad innegable: la profunda desconfianza y descrédito en los gobernantes, aún los elegidos democráticamente. No hay ni habrá más cartas blancas; nada de “esperar las próximas elecciones”. Las sociedades, que adquieren el estatus de multitudes cuando salen a protestar, ya no esperan. Una razón poderosa las mueve: la profunda corrupción del sistema político; el Estado como caja a saquear y posibilidad de enriquecimiento o de hacer negocios, pero también lo que llamamos el progrefascismo. De las multitudes hartas no se salvan ni los gobiernos de izquierda, derecha ni centro. Tal vez porque estos conceptos también están caducos. Millonarios políticos progresistas, multiprocesados por la justicia, que ostentan riqueza mientras el 50% de la población pasa hambre, o se siente desplazada, dan fe de esto último. Las multitudes hartas serán las protagonistas de esta nueva época, que no la instauró la pandemia. En todo caso, esta gripe, renombrada para inspirar temor y medidas autoritarias, surge para contrarrestar lo anterior: la crisis de los sistemas representativos. Del llamado “sistema”, vocablo que dicho sea de paso lo instauraron los centros de poder como forma de censura para todos aquellos que se aparten de él.