lunes, 24 de septiembre de 2018

REBELDES

Rebeldes

En "El hombre rebelde" Camus afirma que el terror irracional "se propone la destrucción, no solamente de la persona, sino también de las probabilidades universales de la persona, la reflexión, la solidaridad, el llamamiento al amor absoluto". Y prosigue diciendo que quien ejerce violencia no puede sentirse inocente, por lo tanto "tiene que crear la culpabilidad en la víctima misma, para que en un mundo sin dirección la culpabilidad general no legitime sino el ejercicio de la fuerza, no consagre sino el éxito". Camus radiografía al hitlerismo pero se puede hacer extensivo a todo poder que en su accionar va dejando en el camino un tendal de muertos, violentados y torturados. Como esos cuerpos desparramados en veredas y parques, o desmantelados por el hambre y la exclusión en provincias pobrísimas de la Argentina. Mecanismo clásico del capitalismo cuando se enseñorea sobre territorios como el nuestro. No todo espacio de rebelión es, sin embargo, necesariamente interruptor de este proceso. La filosofía, la literatura, el arte, las luchas políticas participaron históricamente de estas insurgencias. Pero en la actualidad, ¿lo siguen haciendo? ¿Cuánta de esta culpabilidad nos salpica hoy a nosotros, los "rebeldes", los denunciantes, los alarmados? ¿Cuántos de estos crímenes no se visten, también hoy, con ropajes de inocencia? Ya sabemos, también por Camus, que cuando hay culpa universal, reina la impunidad: no se puede condenar a la civilización en pleno. ¿No habría que empezar a revisar estos espacios? Hay, claro está, otras formas de insurgencia sobre las que no habría duda alguna por la radicalidad de sus efectos. Pero por el momento, nos necesitamos vivos y hablantes. Por lo menos, por el momento.