jueves, 3 de abril de 2014

TELEVISIÓN / MOM: LENGUAJE Y RESISTENCIA

Lenguaje y resistencia

Bonnie y su hija Cindy asisten a grupos de rehabilitación. Ambas son ex adictas a la droga y el alcohol, la primera incluso con algún difuso prontuario. Ambas fueron también madres precoces. La tercera generación, la adolescente Violet, sigue algunos de sus pasos: está embarazada. Mom es un producto raro para una época en que la factoría televisiva de Hollywood concentra su interés en policiales, vampiros y psicópatas. Con actuaciones brillantes, la serie constituye desde el mismo título una apuesta al lenguaje, al habla cotidiana y a sus desviaciones encarnadas en seres que de tan comunes se tornan singulares. Algo parecido a The Middle y obviamente a Two and a half man pero un poco más trágico. En Mom todo está perdido de antemano. Esa certidumbre es la que le permite a Bonnie afirmar que si su amiga, ahora condenada por estafa, traicionó a las personas que le habían depositado su confianza, y su dinero, nada menos que tres millones de dólares, no tendría que ir a prisión sino a Wall Street. Con la frase, la réplica, la palabra desdoblada sobre sí misma, los personajes acometen la única tarea que les resta: demoler aquello que los condenó sin remedio, pero tampoco sin demasiado espanto.