domingo, 1 de diciembre de 2013

LA SOSPECHA / EN EL NOMBRE DEL HIJO


En el nombre del hijo
Dos niñas desaparecen en cuestión de segundos. Un padre está dispuesto a mover montañas o desmantelar un pueblo, descender al infierno y negociar con el mismo diablo. La tierra se convierte de golpe en territorio devastado y liberado. Ya no hay lenguaje posible ni representaciones. Ya no hay iguales ni humanos, ni reglas ni leyes: hubo una monstruosidad y hay un monstruo para enfrentarla, dispuesto a aquel desmantelamiento territorial y lingüístico. Films como "La sospecha" (o también "El sustituto") nos ponen a prueba. O en contacto. Aquí Hollywood no es pedagógico ni justificativo, ninguna lectura entre líneas de permisos libertadores o justicieros. Aquí el terror actúa como espejo secreto, tal vez hasta mordaz, de ese umbral y su cercanía al mundo legislado. Umbral que a veces se sitúa a apenas unos (atroces) metros de distancia de nuestra propia puerta de calle.