viernes, 6 de noviembre de 2009

Espacios (3) / Espacio y Violencia



















Espacio y violencia
(Notas preliminares para el libro Espacio y violencia en la obra de R. Arlt)
La traición del pensamiento periférico a las formas constituidas y legitimadas se corresponde también con su espacio de acción. Se actúa sobre la lengua y sobre el lenguaje para desmantelar el poder hegemónico del centro que detenta la palabra y las formas de nombrar. Hacerse de una voz propia implica violentar este poder, provocando a la vez efectos sobre la cultura pero también sobre los modos de habitar y de construir un territorio. El pensamiento periférico o marginal siempre se extraña de sí mismo y de su espacio de pertenencia; se hace, como dice Deleuze, una lengua extranjera puesto que, de lo contrario, quedaría atrapado en la repetición y la continuidad. Esta forma de violencia sobre el espacio propio se espeja en la figura del extranjero. Al foráneo se le sustrae el derecho de expresión por no haber participado, desde su nacimiento, de la historia y la construcción del lugar que ahora habita. Al pensador marginal se lo niega por haberlo abandonado. Ambos toman por asalto a su objetivo y, de una forma u otra, apuntan a su disolución. De allí el rechazo y el miedo al extranjero y a los pensamientos fuera de eje.